Cuál es la función del ojo

La esclerótica es una capa blanca y resistente que sirve para proteger al ojo. Parte de la esclerótica blanca puede observarse delante del ojo. La conjuntiva es una membrana transparente y delicada que cubre la esclerótica. En la parte anterior del ojo se encuentra la córnea. Ésta es la parte transparente de la capa protectora del ojo que permite que la luz ingrese en él.
El iris es la parte de color del ojo que se contrae y se dilata, y así regula la cantidad de luz que ingresa en el ojo. La luz atraviesa la pupila hacia el cristalino. El cristalino enfoca la luz en la retina (parte posterior del ojo).
Las fibras nerviosas de la retina llevan la luz y las imágenes al cerebro por medio del nervio óptico.
Drenaje fisiológico
El segmento anterior del ojo está lleno de un líquido transparente llamado humor acuoso y producido por el cuerpo ciliar. Este líquido sale del ojo a través de la pupila para luego ser absorbido hacia el torrente sanguíneo mediante el sistema de drenaje del ojo (una malla de canales de drenaje que se encuentra alrededor del borde externo del iris).
Un drenaje adecuado ayuda a mantener la presión ocular en un nivel normal. La producción, el flujo y el drenaje de este líquido es un proceso activo y continuo necesario para la salud del ojo.
La presión intraocular (PIO) depende de la cantidad de líquido que haya en el ojo. Si el sistema de drenaje del ojo funciona apropiadamente, el líquido puede drenarse libremente sin acumularse. Del mismo modo, si el sistema de líquido del ojo funciona de manera apropiada, se puede producir la cantidad adecuada de líquido para tener un ojo sano. La presión intraocular del ojo puede variar en diferentes momentos del día, pero normalmente se mantiene dentro de un rango que el ojo puede tolerar.
El humor acuoso y las lágrimas NO son lo mismo
El humor acuoso es el líquido transparente que se produce continuamente en el interior del ojo, mientras que las lágrimas son producidas por glándulas lagrimales situadas en la parte externa del ojo y humedecen la superficie externa del globo ocular.

Comprender el glaucoma



Se realiza con un tonómetro. Es la medida de la presión intraocular (PIO). De forma consensuada se establece como presión ocular normal la que está en un rango de 10 a 20 mmHg. Una PIO por encima de 20 puede ser sugerente de glaucoma, pero no siempre es así, se necesitarán más pruebas complementarias para llegar al diagnóstico. Hay pacientes que tienen tensiones oculares altas sin daño en el nervio óptico, estos pacientes no son glaucomatosos, sino hipertensos oculares; igualmente hay pacientes con PIO “normal” que asocia daño neurológico, son los considerados glaucomas normotensivos.

La paquimetría ultrasónica mide el grosor corneal. La tonometría puede estar influida por este grosor , su conocimiento ayuda a hacer modificaciones a la alta o a la baja de la PIO según sea en cada paciente.

Esta prueba permite hacer una valoración del ángulo camerular, el lugar anatómico por donde debe drenar el líquido que produce el ojo y que es causa del exceso de PIO, el humor acuoso. Según el aspecto del ángulo se establece el tipo de glaucoma, de ángulo abierto o de ángulo cerrado. Se realiza con una lente especial que contacta directamente con la córnea protegida por un gel.

El oftalmoscopio indirecto permite la evaluación directa del nervio óptico detectando los signos de glaucoma; frecuentemente para poder hacer una buena observación se requiere dilatar la pupila con colirios midriáticos. El nervio óptico sano está formado por más de un millón de fibras nerviosas, son éstas fibras las que se dañan en el glaucoma y cambian el aspecto del nervio óptico, aumentando su excavación y produciendo un daño funcional en el campo visual.

Mediante la observación con el retinógrafo el oftalmólogo puede observar el interior del ojo e identificar rápidamente enfermedades como el glaucoma, u otras como la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) o el desprendimiento de retina. La retinografía no entrañará riesgos ni incomodidad al paciente ya que se trata de una técnica de imagen no invasiva, el procedimiento a llevar a cabo es sencillo, poner unas gotas para dilatar las pupilas y luego se pasará a tomar unas fotografías de la retina mediante el retinógrafo ocular. Las imágenes que se obtienen serán panorámicas y en detalle. La prueba se efectúa tanto para la detección precoz de enfermedades como para observar la evolución de la patología.

También conocida como perimetría, permite hacer una evaluación del campo visual de cada ojo. Se trata de un aparato que emite unos estímulos luminosos de distinta intensidad acompañados de un sonido, cuando el paciente ve el punto luminoso con el ojo que se examina debe pulsar un botón indicando que lo ha percibido. La localización de los defectos en el campo visual ayudan a determinar la intensidad del daño neurológico y su correspondencia con el defecto anatómico del nervio óptico. Muchos defectos campimétricos serían indetectables sin esta prueba, al ser una prueba subjetiva y que requiere la colaboración del paciente es muy importante su buena realización para que pueda ser fiable. Suele realizarse con una frecuencia variable dependiendo de cada caso, siendo lo más habitual entre los 6 meses y un año. Con todo esto podemos concluir que no siempre una PIO alta significa glaucoma, no todos los defectos en el campo visual son por glaucoma y existen diferentes enfermedades que pueden dañar el nervio óptico a parte del glaucoma. Es el sumatorio el resultado de las diferentes pruebas el que finalmente nos dará un diagnóstico certero de la enfermedad.

La estéreo fotografía evalúa el aspecto del nervio óptico y ve su progresión, aunque en el momento actual existen equipos que usan diferentes tecnologías para cuantificar el grosor de la capa de fibras nerviosas de la retina que establecen una comparativa con una base de datos corregida por edad para así poder llegar a determinar la normalidad o no del nervio óptico. La prueba estructural más en uso la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT), esta prueba diagnóstica de imagen aporta información muy importante sobre el estado de las diferentes estructuras del ojo, sobre todo de la retina y el nervio óptico. Es una prueba que no es molesta para el paciente, se puede realizar fácilmente, incluso en niños, ya que no requiere contacto con el ojo, es rápida y carece de efectos secundarios pues en muchas ocasiones no hay necesidad de dilatar la pupila. La tomografía de coherencia óptica (OCT) usa la interferometría de coherencia baja para conseguir imágenes de la retina sin contacto.

FIG. OCT, Tomografía de Coherencia Óptica
La fuente de luz es un diodo superluminiscente que proporciona una luz de 830 nm, que produce una longitud de onda de aproximadamente 25 nm. Cada tren de ondas emitido puede ser visualizado como un «pulso» corto de luz de unos 20 microm. El haz de ondas es dividido de manera que parte es enviada al ojo, donde es reflejada por la estructura que se estudia (por ejemplo, las distintas capas de la retina). El haz reflejado contiene a su vez una serie de pulsos o trenes de ondas, separados a distancias proporcionales al doble de la distancia de las capas reflectadas. La segunda parte del tren de ondas es enviada a un plano de referencia, donde es reflejada por un espejo, tras lo cual es recombinada con el haz proveniente del ojo. La corriente se compara con la corriente de referencia que se refleja desde los tejidos oculares que nos interesan. Si los dos trayectos ópticos son idénticos, los dos trenes de ondas interferirán de manera constructiva. De lo contrario, se superpondrán para dar una intensidad mucho menor. De esta manera, moviendo el espejo para aumentar el trayecto de referencia, se crea interferencia constructiva cada vez que la onda de referencia se superpone con una de las ondas reflejadas por el ojo. Se puede crear así un diagrama de las señales recibidas en relación al tiempo (que representa la posición del espejo) que equivale a la posición de las láminas reflectadas. A la hora de la práctica, si el haz incidente de la retina es rastreado a lo largo de una línea recta, los resultados pueden ser representados de manera parecida a un escáner de ultrasonidos B. La resolución axial en el aire para la fuente de luz de 830 nm disponible en el instrumento es de 14 a 17 micras, con una penetrancia de varios milímetros. La resolución en la retina es más reducida. Estudios más recientes han dado lugar a un instrumento con una resolución axial de 4 micras usando una fuente de luz de 1300 nm. La resolución lateral es teóricamente 25 micras, dada la difracción limitada por el ojo. El diseño del aparato establece un límite de resolución en el cual 100 escáneres axiales individuales se combinan para dar una serie, independientemente del tamaño del campo seleccionado. La serie de escáneres se corrige para eliminar los artefactos de los movimientos del ojo y la imagen es codificada en color para la reflectividad. El valor de la reflectividad almacenada es una combinación de la actual reflectividad y las propiedades de dispersión y absorción del ojo. Esta técnica produce secciones retinianas bi-dimensionales y requiere dilatación pupilar.

FIG. La OCT permite obtener imágenes de la retina in vivo con una resolución de 10 a 17 micras, distingue las capas de la retina y mide el espesor de la CFN
Además necesita corregir los movimientos oculares involuntarios y aquellos producidos por el flujo sanguíneo que puedan ocurrir durante los dos segundos y medio que se tarda en capturar la imagen. Este método consigue una mejor correlación con la pérdida de campo visual que el estudio del anillo neuro-retiniano o de la relación excavación/papila y ha contribuido a demostrar que el examen de la zona inferior de la capa de fibras es el más valioso a la hora de distinguir entre ojos normales y glaucomatosos.

FIG. La OCT permite realizar cortes transversales de la retina y el análisis de la papila mediante 6 cortes radiales


FIG. Análisis de la papila mediante OCT
La tomografía de coherencia óptica padece los mismos problemas que la mayoría de estos instrumentos: es necesaria la dilatación pupilar, exige tiempo, obtener buenas imágenes, y éstas pierden calidad cuando los medios oculares no se encuentran libres de opacidades. Sin embargo, parece que puede ofrecer ventajas a la hora de detectar precozmente alteraciones en pacientes con daño incipiente: en un estudio realizado por Bowd el que comparaba diversos métodos estructurales de análisis de la papila y retina con PDF y perimetría convencional encontró que el método más sensible para la detección precoz de daño glaucomatoso con una mayor área bajo la curva ROC era el OCT.


MIGS Xen
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